Si tuviera que elegir, sé a la perfección qué día escogería.

Al verlo en retrospectiva, aquel fue mi último momento de paz, antes de que todo se torciera y la vida me mostrase su crueldad.

Recuerdo el cielo despejado, un sol brillante que bañaba mi piel.

Recuerdo los pájaros cantarines en mi jardín, el aleteo de sus plumas al posarse sobre las ramas de los árboles.

Recuerdo la brisa primaveral que acariciaba mi rostro y despeinaba mi pelo, cuando este aún me llegaba hasta la cadera.

Recuerdo la tranquilidad y la paz, algo que no he vuelto a sentir.

Han pasado muchos años desde aquel día; mucha sangre ha sido derramada. Y, la mayoría, por mi propia mano.

Me llamo Kiana, aunque… tal vez me conozcas por otro nombre: la Reina de la Tinta, el Artista de la Muerte, la Soberana de la Justicia… entre muchos otros apodos.

Esta es mi historia. Sin adornos ni mentiras.

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